Cuando el Auto se Descompone
Cuanto Tu Automóvil Se Avería

Qué Hacer Cuando Tu Automóvil Se Avería: Fallas Mecánicas

Updated 5 de Febrero de 2021

Es un hecho que a pesar de nuestros mejores esfuerzos, a veces algo sale mal. Si bien hay mucho que se puede hacer para evitar que tu vehículo sufra fallas mecánicas y eléctricas, el riesgo no se puede erradicar por completo. Los automóviles son maquinarias complejas. Una falla en los componentes más pequeños puede llevar a pérdida de dirección, fallas en los frenos o una aceleración fuera de control.

Manejar fallas en el equipo

Lo primero que debes recordar en una emergencia es que entrar en pánico solo empeorará las cosas. Las fallas mecánicas y eléctricas pueden ser aterradoras pero prácticamente en todos los casos, hay algo que puedes hacer para arreglar el problema. Todo lo que necesitas es mantener la calma y recordar la guía de recuperación explicada en este módulo. Aprender a manejar las emergencias de conducción es una parte esencial del programa de educación vial. Los mejores conductores defensivos están siempre preparados cuando aparecen los obstáculos.

Todos los modelos de automóviles responden diferente en una emergencia, dependiendo de sus funciones y procedimientos de manejo. Por este motivo, el manual del propietario del vehículo siempre será la mejor fuente de información para manejar las fallas mecánicas. Lee el manual con atención y déjalo en la guantera del auto.

Falla de los frenos

La mayoría de los vehículos modernos se construyen con un sistema dividido de frenos, lo que significa que es poco probable que la potencia de los frenos se pierda en las cuatro ruedas al mismo tiempo. En una falla parcial de los frenos, la potencia de frenado por lo general se pierde en dos de las cuatro ruedas. Si esto sucede, debes soltar el acelerador, frenar suavemente y maniobrar tu vehículo a un costado de la carretera. Busca ayuda y no manejes a menos que todos los frenos estén funcionando.

Una falla de los frenos total es una situación más rara y aterradora, que tiene más probabilidades de ocurrir en los vehículos más antiguos que no tienen frenos divididos. Al experimentar una falla de los frenos completa, los conductores deben:

  1. 1

    Bombear el pedal del freno para tratar de acumular presión.
    Salta este paso si tu vehículo tiene sistema de ruedas antibloqueo (ABS).

  2. 2

    Baja una marcha si los frenos siguen sin responder.

  3. 3

    Activa el freno de mano lentamente.
    No permitas que se bloqueen las ruedas.

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    Pon la marcha más baja si el freno de mano no pudo detener el vehículo completamente.
    Este es el último recurso, ya que es probable que dañe el motor.

Es importante que utilices el freno de estacionamiento regularmente para mantenerlo en estado funcional para emergencias. Dar mantenimiento a los frenos principales con las recomendaciones del fabricante los debería tener en buenas condiciones. Sin embargo, debes hacer alguien los revise ante la primera señal de ruidos extraños, fuga de líquidos o resistencia aumentada. Esto es especialmente importante si frenas con demasiada fuerza o con mucha frecuencia cuando conduces en una pendiente pronunciada.

Falla de las luces delanteras

Cuando las luces delanteras no funcionan, tu primera respuesta debe ser reducir la velocidad. Manejar sin luces de noche, a través de la niebla, en una tormenta lluviosa u otra situación de poca visibilidad limitará tu vista de la carretera adelante, impactará negativamente tu tiempo de reacción y evitará que otros usuarios de carretera te vean. No entres en pánico, usa las luces traseras del vehículo que va adelante como orientación y sigue estos pasos:

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    Intenta reactivar las luces delanteras con el interruptor de atenuación, encendiendo y apagando el interruptor de las luces varias veces o haciendo parpadear las luces delanteras.

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    Cuando lo anterior no funcione, activa tus luces de emergencia, luces de estacionamiento e indicadores de dirección (si están funcionando).
    Lleva tu vehículo a un costado de la carretera, dejando las luces de emergencia encendidas mientras esperas ayuda.

Puede que tus luces delanteras estén funcionando pero sean menos efectivas. Esto podría deberse a una acumulación de condensación sobre las lentes o detrás de ellas. Se puede desarrollar una luz amarilla nubosa con el paso de los años a medida que el vehículo se expone al sol. El primer conjunto de problemas generalmente se puede arreglar a través de un servicio completo, mientras que el segundo puede requerir un juego de luces delanteras totalmente nuevo.

Reventón de llantas

Llanas desinfladas, separación de la banda de rodadura y pinchazos generalmente son el resultado de tener llantas descuidadas o desgastadas. Mantener saludables tus neumáticos depende de una presión de llantas adecuada, respetar los límites de peso del vehículo y las llantas, evitar peligros y realizar controles de daños regulares. Toma en cuenta que el clima extremadamente caluroso aumentará las probabilidades de experimentar una falla de los neumáticos.

Si sufres un reventón de una llanta, tendrás la tentación de frenar con fuerza o salirte de la carretera de inmediato. De hecho, hacer lo menos posible suele ser la mejor manera de mantener el control y evitar un accidente después de un reventón de neumáticos. Debes sostener el volante con ambas manos y maniobrar hacia adelante. Suelta el acelerador de forma gradual y no pongas tu pie en el freno. Los frenos se deben aplicar solo cuando el vehículo se haya detenido casi por completo. Conforme tu vehículo desacelera, maniobra suavemente hacia un costado de la carretera a un lugar seguro.

Falla en el volante

Afortunadamente, una falla completa del volante es extremadamente rara en un vehículo en movimiento. La pérdida total de la dirección solo podría estar causada por una rotura de la conexión entre el volante y el chasis. Una falla parcial del volante que lleva a que un automóvil se vaya hacia un lado o la falla de la dirección asistida que produce maniobras mucho más “pesadas” son situaciones mucho más probables. Si se da por una falla del motor, una falla de la dirección asistida podría tener el problema añadido de una falla del sistema de frenado asistido.

Cuando el volante falla, no debes entrar en pánico o hundir tu pie en los frenos. En vez de eso, empieza a desacelerar el vehículo quitando el pie del acelerador. Luego, activa las luces de emergencia para advertir a otros usuarios de carretera que estás teniendo problemas mecánicos. Si todavía tienes un poco de control de dirección (como sucede con las pérdidas parciales o la pérdida de la dirección asistida), puedes intentar maniobrar el vehículo fuera de la carretera una vez que la velocidad haya bajado alrededor de 30 mph. Si la dirección ha fallado completamente, no tendrás más opción que detener el vehículo en la carretera. Si esto ocurre, asegúrate de reducir la velocidad de manera gradual para dar tiempo para reaccionar a los conductores detrás de ti.

Batería muerta

Si el motor no enciende o inicia pero no arranca, es probable que la batería esté muerta. La batería del automóvil se construye para proporcionar una breve explosión de energía para arrancar el motor. Esta acción agota la carga que tiene de manera significativa. Una vez que el automóvil está funcionando, el motor alimenta los sistemas eléctricos y recarga la batería para la próxima vez que la necesites.

Es posible que tu batería no esté cargada de forma adecuada o sufra daños si solo realizas viajes cortos. No apagar una función eléctrica como las luces delanteras cuando apagas el automóvil gastará la batería, ya que no está diseñada para respaldar estos sistemas. Cuando la batería se quede sin carga, reactivarla utilizando otro vehículo que está funcionando podría ser tu única opción. Aunque debes tomar en cuenta que no es adecuado para todos los vehículos. ¡Consulta siempre el manual de usuario para tener una guía!

Luces delanteras más tenues, un arranque más lento del motor, problemas para encender y un sonido de clic cuando el encendido gira son señales de un potencial problema con la batería. Lleva tu automóvil a un mecánico ante cualquiera de estos problemas. También debes mantener tu batería limpia y libre de corrosión en climas muy calurosos o fríos, ya que las temperaturas extremas la dejarán más susceptible al desgaste.

Falla del motor

Combustible insuficiente, mal funcionamiento del embrague, problemas de flujo de aire, sobrecalentamiento, batería muerta y una amplia variedad de otros problemas pueden hacer que el motor muera. Esto se llama “atascamiento”. El atascamiento del motor puede ser peligroso si sucede cuando el vehículo está en movimiento. Si esto ocurre, debes manejar la situación de la siguiente manera:

  • Mueve el vehículo a un costado de la carretera, si es posible. Si el vehículo está atascado en la carretera, todos los ocupantes deben salir y buscar un lugar seguro.
  • Si logras llevar el vehículo a un costado de la carretera, los ocupantes deben permanecer dentro del automóvil a menos que haya un lugar más seguro y cómodo para esperar por la ayuda. Cierra el vehículo si decides dejarlo.
  • Asegúrate de que las luces de emergencia estén activadas o coloca un pedazo de tela de color brillante en el exterior del vehículo como señal de que necesitas asistencia. Acepta la ayuda de extraños con mucha precaución.
  • Camina en la misma dirección del tráfico si debes buscar ayuda. NO camines en una autopista, permanece dentro de tu vehículo.

Sobrecalentamiento e incendios

El calor extremo pueda provocar daños al motor y hacer que el vehículo se atasque. En casos graves, el calor puede empezar un incendio en el motor u otro lugar del vehículo donde haya materiales combustibles. Si hueles o ves humo que sale del vehículo mientras conduces, debes detenerte e investigar. Los pequeños incendios a menudo se pueden apagar con arena o una cobija. Nunca uses agua en los incendios de gasolina o electricidad. Si el fuego es grande o persiste, muévete a una distancia segura y contacta al departamento de bomberos.

Los motores de los automóviles se pueden sobrecalentar en días calurosos, en el tráfico que para y sigue o cuando conduces en una pendiente pronunciada. En estas situaciones, debes prestar atención al indicador de temperatura del motor y detenerte si llega a la zona roja. Evita usar el aire acondicionado cuando el motor esté bajo presión, ya que esto aumentará esa presión sobre el motor y podría provocar un sobrecalentamiento. Si debes parar para evitar el sobrecalentamiento, asegúrate de dejar que el motor se enfríe antes de hacer una inspección o quitar la tapa del radiador. Mientras el automóvil está caliente, el radiador podría rociarte líquido hirviendo si quitas la tapa.

Pérdida de visibilidad

Perder la función de limpiaparabrisas con lluvia, nieve, niebla u otras condiciones adversas podría afectar gravemente tu vista de la carretera adelante. Si esto sucede, debes reducir la velocidad y aumentar la distancia de seguimiento de forma tranquila pero con rapidez. Si has hecho varios intentos fallidos para activar los limpiaparabrisas, debes detener el vehículo en la próxima oportunidad que tengas e investigar el problema. Al maniobrar tu vehículo con una visibilidad limitada, baja la ventana e inclina tu cabeza ligeramente hacia afuera para tener una mejor vista de la carretera.

Fusibles quemados, motores rotos y tuercas flojas son causas comunes para que los limpiaparabrisas no respondan. Cuando manejas en condiciones que exigen el uso de los limpiaparabrisas y no puedes hacerlos funcionar, tendrás que esperar por asistencia a un costado de la carretera y buscar la ayuda de un mecánico.

Los cofres mal cerrados son otra causa común de la pérdida de visibilidad repentina. El cofre o capó podría abrirse y obstruir completamente tu vista de la carretera si no abrochas los cerrojos de manera segura. Comprueba siempre esto cuando hayas abierto el cofre para dar mantenimiento al motor.

Acelerador atascado

Si el pedal del acelerador funciona mal o se atasca, tu vehículo podría acelerar a máxima velocidad en pocos segundos. La mejor manera de estar preparado para un acelerador atascado es familiarizarte con la orientación que tienes en el manual del propietario del vehículo. Como cada vehículo tiene funciones y capacidades únicas, es fundamental saber qué es lo correcto para tu automóvil.

El manual de manejo estatal también te aconsejará sobre el mejor curso de acción cuando lidias con un acelerador trabado. Puede que te recomiende apagar el motor o dejarlo encendido. Toma en cuenta que apagar el motor provocará pérdida de la dirección asistida y los frenos electrónicos, funciones que podrías necesitar para detener el vehículo acelerado.

Estos pasos son adecuados para la mayoría de los vehículos y podrían ayudarte a parar de manera segura si tu acelerador se atasca:

  • Pon el automóvil en neutro. Esto es esencial. Sin disminuir la potencia del motor no podrás aplicar los frenos con la fuerza suficiente para detener el auto. Apaga el motor si no logras poner neutro pero no quites la llave del encendido.
  • Empuja firmemente ambos pies sobre el pedal del freno y déjalos allí.
  • Mira adelante y busca una ruta de escape pero no cambies de carril ni gires rápidamente, ya que podrías perder el control del vehículo.

Un acelerador trabado puede ser causado por una avería mecánica o eléctrica, o por un error humano. Asegúrate de que tu automóvil sea revisado con regularidad y no dejes objetos en el piso del auto que podrían atascarse debajo del pedal del acelerador.

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